He vuelto a intentar sonreir, pero no ha sido posible. Nada
es posible ahora mismo. Nada. Nada.. Doy un golpe a la almohada, tantas veces
testigo de mis sonrisas y de mis lágrimas.¿He toca fondo?. No lo sé. He oido
decir que a veces hay que ir hasta abajo del todo para impulsarse hacia arriba.
Entonces aprietas los dientes, flexionas las rodillas y saltas con todas tus
fuerzas para salir del agujero. Así es la vida. Una constante entrada y salida
de agujeros imaginarios, más o menos profundos, en los que caes y de los que
tienes que tratar de fugarte con el menor número de rasguños posibles.
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